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Actividades Físicas Sencillas que Pueden Mejorar la Salud de los Empleados en la Oficina

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Actividades Físicas Sencillas que Pueden Mejorar la Salud de los Empleados en la Oficina

En un entorno donde pasar más de ocho horas sentado frente a una pantalla se ha vuelto habitual, integrar actividades físicas sencillas dentro de la jornada laboral no solo es posible, sino altamente recomendable. No se trata de transformar la oficina en un gimnasio, sino de introducir movimientos simples y accesibles que ayuden a contrarrestar los efectos negativos del sedentarismo, mejorando así la salud física y mental de los trabajadores.

¿Por qué es importante moverse en la oficina?

El sedentarismo prolongado está asociado con problemas musculoesqueléticos, fatiga, estrés, disminución del rendimiento y mayor riesgo de enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes tipo 2. La buena noticia es que pequeñas acciones, repetidas de manera constante, pueden marcar una gran diferencia en la salud de los empleados.

Beneficios de las actividades físicas sencillas en el trabajo

Incorporar movimientos simples durante el día laboral puede generar múltiples beneficios inmediatos y a largo plazo:

  • Mejora la postura y reduce dolores musculares.

  • Estimula la circulación y previene problemas vasculares.

  • Disminuye el estrés y mejora el estado de ánimo.

  • Aumenta la concentración y la productividad.

  • Contribuye al control del peso corporal.

Actividades físicas sencillas para implementar en la oficina

A continuación, te compartimos una serie de movimientos y hábitos que pueden practicarse sin necesidad de equipo especial ni mucho espacio:

1. Pausas activas programadas

Realizar pausas de 5 a 10 minutos cada 1 o 2 horas para estiramientos o ejercicios de movilidad articular. Esto puede incluir:

  • Rotaciones de cuello y hombros.

  • Estiramientos de brazos, espalda baja y piernas.

  • Respiraciones profundas combinadas con movimientos suaves.

2. Caminar dentro de la oficina

Fomentar el uso de escaleras en lugar del elevador, caminar durante llamadas telefónicas o proponer “reuniones caminadas” en pasillos o patios, si el espacio lo permite.

3. Sentadillas o elevaciones de talones

En una esquina del área común o incluso junto al escritorio, pueden realizarse ejercicios breves como:

  • Sentadillas asistidas con apoyo en la silla.

  • Elevaciones de talones para activar pantorrillas y mejorar la circulación.

4. Estiramientos en el escritorio

Movimientos de cuello, muñecas, espalda y piernas que pueden hacerse sentado:

  • Estiramiento lateral del torso.

  • Flexión y extensión de muñecas.

  • Extensión de piernas bajo el escritorio.

5. Postura activa

Fomentar una correcta ergonomía y, de ser posible, alternar entre estar sentado y de pie usando estaciones elevables o simplemente colocándose de pie por unos minutos cada hora.

Cómo motivar a los empleados a participar

Implementar estas actividades requiere un enfoque amigable y colaborativo:

  • Usar recordatorios visuales o alarmas para promover pausas activas.

  • Capacitar a líderes o promotores internos para guiar los ejercicios.

  • Integrar las actividades en la cultura organizacional, con campañas de bienestar o retos semanales.

  • Reconocer la participación con mensajes positivos o incentivos simbólicos.

Conclusión

La promoción de actividades físicas sencillas dentro del espacio laboral no requiere grandes inversiones ni cambios estructurales: requiere voluntad, constancia y un enfoque centrado en el bienestar. Con tan solo unos minutos al día, los empleados pueden experimentar mejoras significativas en su salud, su energía y su desempeño laboral. Porque moverse un poco, todos los días, puede marcar una gran diferencia.

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